En un año que claramente nos quitó muchísimo, no hay que dejar de dar

Editorial

Dicen que los saludos antes de tiempo, no son recomendables, un mal augurio, mala suerte, pero me atrevo luego de este 2020 a tentar un poquito más al destino, más embates no creo nos pueda dar antes del cierre del año.

Un año donde nuestras vidas cotidianas, nuestras labores, nuestro trabajo, nuestra salud, nuestras relaciones, se vieron regidas por el Covid-19, que hace ya un año que apareció por primera vez (aniversario infame si los hay).

Entendemos todos que no es un año donde a priori haya demasiado que festejar o celebrar, mucho se perdió en este año, y muchos perdieron más todavía que otros. 

Un año que comenzó con el “peligro” de una Tercera Guerra Mundial por la muerte de un general iraní durante un ataque aéreo por parte de Estados Unidos; ardió Córdoba por semanas, y un poco más lejos, también ardía Australia, por incendios intensos e incontrolables, dejando un daño irreparable; los números de contagios y muertes por Covid fueron aumentado a pasos agigantados y la curva nunca se terminó de controlar, surgiendo rebrotes en Europa, y a la espera todavía de una vacuna efectiva, que promete (hasta ahora) llegar en el mes de enero; volvió el sarampión en América Latina, y Carissa Etienne, directora de la OPS, llamó a mantener como prioridad la vacunación contra el sarampión para evitar que la enfermedad surja nuevamente y complique aún más la emergencia sanitaria que se vive en el mundo; Beirut sufrió uno de sus peores momentos cuando en agosto se registró una fuerte explosión en el puerto, provocando una tragedia de dimensiones muy graves; Estados Unidos tuvo sus elecciones presidenciales en medio de acusaciones de fraude electoral, con Trump no reconociendo su aparente derrota contra Biden; en Argentina vivimos una de las cuarentenas más largas, sino la más larga, donde hace poco finalmente pasamos de una medida de aislamiento social a distanciamiento social; tuvimos en Argentina casi 1.500.000 contagiados por Covid y casi 40.000 muertes.

Un año también que se llevó a personajes emblemáticos, como el ex jugador de la NBA Kobe Bryant; el pionero del rock n´roll Little Richard, Chadwick Boseman, actor estadounidense estrella de las películas de superhéroes de Marvel; Katherine Johnson, pionera afroamericana aeroespacial que calculó a mano las trayectorias de cohetes y las órbitas de la Tierra durante los primeros años de la NASA, el histórico actor y estrella de Hollywood Sean Connery, reconocido por dar vida a James Bond.

Dentro de nuestro país, podemos nombrar al humorista y padre de Mafalda, Quino; los actores Marcos Mundstock, miembro de Les Luthiers, y Hugo Arana, con una extensa trayectoria en la televisión nacional; Jorge Brito, quien fuera empresario y dueño del Banco Macro; Jorge Todesca, ex director del INDEC; Claudio Bonadío, abogado y jurista quien tuvo a su cargo causas como Hotesur, los cuadernos de Kirchner o el presunto lavado de dinero de Nisman; Brian Toledo, joven atleta argentino especializado en lanzamiento de jabalina; Amadeo Carrizo, arquero histórico y figura de River Plate; el conductor de radio y televisión Raúl Portal; Roberto Alemann, ex Ministro de Economía; Horacio Fontova, quien fuera músico, actor, compositor; Sergio Denis, queridísimo cantautor popular; el médico y político Hermes Binner; “Queca” Kofman, pionera integrante de las Madres de Plaza de Mayo; Pino Solanas, cineasta, político y diplomático; el presidente del INAES Mario Cafiero, reconocido por todo el sector por su labor al frente del Instituto durante su corta gestión; y hace pocos días atrás, el astro mundial del fútbol y hombre igualmente amado por sus seguidores y perseguido por sus detractores, Diego Armando Maradona.

En un año que claramente nos quitó muchísimo, no quiero dejar de dar; en este caso, dar las gracias. Primeramente por mantener la salud mayormente cuando tantos otros no pudieron ganarle a las enfermedades; dar las gracias a las personas que acompañaron este año desde el lugar que pudieron, pero siempre pendientes; por mantener el trabajo, y poder seguir haciendo esto que me apasiona que es la revista Mutualismo Hoy, en un año donde tantos dejaron de trabajar; dar las gracias a los anunciantes de esta revista, a todas las entidades que acompañan desde hace tanto tiempo y a pesar de sus propias dificultades, quienes son esenciales con sus aportes publicitarios para que podamos continuar compartiendo las noticias del sector y ayudar a la visibilización; y dar las gracias a ustedes, queridos lectores, que hacen que todo el esfuerzo valga la pena, que el fruto del trabajo sea más dulce, gracias por acompañar estos casi 30 años de trayectoria. Brindo de manera adelantada por un 2021 infinitamente contrario a este 2020 y sus dificultades, un nuevo comienzo, nuevas oportunidades, brindo por mí, por ustedes, por nosotros. Gracias.

Noemí Gladys Gorriz