«Es difícil incorporar mujeres en federaciones y confederaciones si las entidades de base no las designan representantes» (Por Noemí Gladys Gorriz)

Actualidad Editorial

Hace ya 10 años que la asamblea general de las naciones unidas creó la división ONU mujeres, entidad para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres; paso histórico para acelerar los objetivos de la organización en materia de igualdad de género, trabajando fuertemente contra la discriminación de las mujeres, el logro de la igualdad entre mujeres y hombres como socios y beneficiarios del desarrollo.

Y en paralelo con ese aniversario, me permito tomar algunas ideas de mujeres referentes en su sector, sus experiencias, las necesidades y los proyectos que existen y que deben existir para potenciar la inserción de la mujer de una manera más equitativa.

El movimiento cooperativo y mutual no es una excepción cuando hablamos de esta brecha de género, es un sector donde hay que trabajar mucho al respecto.

Según Anabel Cisneros (1º mujer integrante del Directorio de ARSAT), Arsat no está ajena a los números que tienen que ver con la brecha de género y considera que no se debe perder en el trabajo y en los roles que toca ocupar la cuestión de la perspectiva de género; y plantea una situación que parece muy cierta, muchas veces los números de esta brecha, vienen ya desde las bases, desde las carreras que terminan en los puestos profesionales y el poco porcentaje de mujeres que ingresan a la carrera y que posteriormente se reciben y se insertan en el mercado laboral. Arsat va a publicar un programa de género y tecnología para fomentar el interés de mujeres y niñas, dando becas, apoyando maestrías y posgrados en el rubro de tecnología para fomentar el estudio y la especialización. Así, el programa será el puntapié para muchas iniciativas para combatir la brecha de géneros y para aportar a las iniciativas ya existentes.

Y en sus propias palabras, como la primera mujer en ser parte del Directorio de Arsat, Anabel deja clara su idea de lo que se debe aprovechar “Que pasar por este lugar signifique algo más allá de lo explícitamente declarativo.” 

La opinión de Gisela Wild (Presidenta de la Cooperativa de Energía y Consumos Ibarlucea), es ampliamente compartida: “Que las mujeres ocupen cargos de decisiones es un hecho de justicia, cada vez que una compañera llega a un espacio de toma de decisiones sentimos que estamos todas ahí representadas en ella.” Y es que la falta de presencia de mujeres no es porque los hombres del sector sean malos, son cuestiones culturales que exceden, la mujer no está hoy en esos espacios de representación. Hay que ir hablando del tema mientras se le da tiempo a las organizaciones a ir incorporando mujeres a los órganos de conducción y decisión, para que en unos años esta situación este equilibrada.

El sector cooperativo y mutual es la mejor herramienta y el mejor tipo de organización para acompañar al estado, tiene el mejor formato, la llave, es la empresa social y democrática que puede acompañar las políticas, dada la capilaridad del sector en el país.

Gisela Wild completa esa idea, “En todo el mundo se viene demostrando que tenemos el mejor modelo para combatir la brecha de género, es importante pensar que ese modelo va a servir y va a ser exitoso, siempre y cuando, nosotros tengamos incorporado en la dirigencia la perspectiva de género. Si nosotros nos relajamos en que es parte de nuestros principios y valores la equidad y la igualdad, y con eso ya estamos conformes, nos equivocamos.”

Primeramente es necesario reconocer como punto de partida que existe una desigualdad, sin eso no se puede plantear una perspectiva de género. El incorporar mayor cantidad de mujeres a un consejo y tener una paridad y una cuestión de cupo, sin entender la diferencia y la desigualdad, se puede considerar una falsa victoria, un placebo a la necesidad real.

En relación a si hay avances en el sector con respecto a la brecha de género, en términos cuantitativos Wild no ve un gran avance al no haber datos, lo cual es un gran problema en el momento de pensar políticas públicas y herramientas, “No hay suficiente información sobre cuántas somos y dónde estamos. Seguimos siendo pocas, pero sí me parece un avance que se visibiliza más el aporte de las mujeres. La mujer está en agenda, y es fundamental visibilizar el liderazgo femenino en sectores que generalmente están asociados al liderazgo masculino, es importante y que se debe hacer desde las federaciones. Generar becas y bolsas de trabajo que fomenten el interés femenino en el sector, son muchas las iniciativas que podemos generar desde nuestro sector.”

Para Victoria Sukenik (Asesora en temas internacionales en el Consejo de Administración de la UIT) faltan muchas políticas públicas, no es solo una cuestión salarial o laboral en general, sino una cuestión socio cultural que nos va a llevar un tiempo cambiarla.

El foro económico mundial realiza un informe de brecha de género, el último de 2018 relevó 149 países y la conclusión fue que para lograr la paridad quedan todavía 108 años, y en temas más específicos como la economía el plazo es mucho mayor, 200 años para lograr la paridad.

ONU dice que menos de 1 cada 3 posiciones jerárquicas están ocupadas por mujeres. Sukenik reclama lo que muchas “Tenemos encima un techo de hormigón que se nos está complicando romper, porque no podemos superar en cuanto a participación en posiciones de liderazgo el 25%, y en algunos ámbitos es mucho menor. Siempre se nos complica un poco más acceder a esos lugares por más preparadas y activas que estemos. Cuanto más sube la jerarquía más baja el número de mujeres.”

Zaida Chmaruk (Directora por el Estado del INAES) plantea que su incorporación al directorio del INAES (“Porque Mario quiso que de los dos vocales por el estado uno sea mujer”) da cuenta de la importancia para el INAES de la perspectiva de género y el buscar mayores niveles de igualdad y desarticular la inequidad histórica.

Desde todo el sector hay un trayecto largo de trabajo hecho en búsqueda de mayores niveles de igualdad y de participación para las mujeres. Zaida lo explica mejor “Nos encontramos con que las mujeres dentro del asociativismo están organizadas y tiene una agenda. Nuestra misión y nuestro trabajo es unificar esa agenda, ponerla en común y trabajar mancomunadamente para que esa agenda crezca y se vaya fortaleciendo y se vayan concretando muchas iniciativas que tienen que ver con el acceso a los espacios de conducción de los lugares donde participan”. “Necesitamos tener una visión más clara del escenario en el que estamos paradas y qué políticas necesitamos empezar a construir para dar respuesta a estos temas. La única forma de trabajarlo es con el sector, no vamos a poder hacer nada real si no están participando activamente las entidades.”

El movimiento de mujeres tiene una potencia de transformación avasallante y transformadora, hasta que no se pueda avanzar en mayor equidad de género no se va a poder avanzar en mayor democratización y no se va a poder fortalecer el sector, opinan las referentes.

Para Chmaruk cada techo que se alcance debe ser el nuevo piso para seguir trabajando, y cuenta que “Yo dudé en un momento si el cupo era necesario porque parece que una está por el cupo y no porque se ganó el lugar, pero está demostrado que las mujeres no nos ganamos las cosas de la misma manera que los hombres, nos cuesta muchísimo más y más cuando se trata de lugares de poder.”

Reza una frase que cuando una mujer se involucra en la política, la mujer cambia; cuando muchas mujeres se involucran en la política, la que cambia es la política. Y eso aplica para todos los ámbitos, incluido el sector mutual.

Se deben pensar herramientas que se adapten a las necesidades, al sistema democrático del sector, pero que al mismo tiempo dé respuesta a la brecha. Es difícil incorporar mujeres en federaciones y confederaciones si las entidades de base no designan mujeres como representantes y no solo desde comisiones de género. El compromiso de la dirigencia tiene que ser pleno. Es una maratón, y la realidad todavía indica que se está muy lejos, pero se debe mantener un paso firme y constante para alcanzar la meta. Cambiando las entidades se cambia la comunidad; y para poder cambiar la realidad primero hay que conocerla y reconocerla.

Noemí Gladys Gorriz